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Señales de que necesitas reemplazar tanto los discos como las pastillas de freno

El sistema de frenos es uno de los componentes más importantes de su vehículo, ya que influye directamente en su seguridad y experiencia al volante. Con el tiempo, el desgaste puede disminuir la eficacia de los frenos, lo que podría provocar situaciones peligrosas en la carretera. Si bien muchos conductores se centran principalmente en las pastillas de freno, los discos de freno (también conocidos como rotores) desempeñan un papel igualmente crucial. Saber cuándo es necesario reemplazar tanto los discos como las pastillas de freno puede ahorrarle reparaciones costosas y garantizar que el sistema de frenado de su vehículo funcione a la perfección.

Es fundamental comprender las señales que indican la necesidad de reemplazar los frenos. Este artículo le explicará los indicadores clave que no debe ignorar, ayudándole a mantener un rendimiento óptimo de los frenos y a garantizar su seguridad y la de los demás.

Ruidos inusuales al frenar

Una de las señales de advertencia más comunes que indican la necesidad de reemplazar tanto los discos como las pastillas de freno es la presencia de ruidos inusuales al frenar. Estos ruidos pueden manifestarse de diversas formas, incluyendo chirridos, rechinidos o raspaduras. Cada tipo de ruido proporciona información sobre el estado de los componentes de frenado.

Los chirridos, por ejemplo, suelen indicar que las pastillas de freno se han desgastado hasta los indicadores de desgaste: pequeñas piezas incrustadas en las pastillas diseñadas para producir ruido cuando el material de fricción es bajo. Este ruido avisa con antelación de que las pastillas necesitan ser reemplazadas. Si se ignora, las pastillas pueden desgastarse por completo, provocando que la placa metálica de soporte entre en contacto con el disco de freno. Este contacto produce un fuerte ruido de roce, señal de desgaste y daños graves, y generalmente significa que tanto las pastillas como los discos necesitan ser reemplazados.

Los ruidos de roce pueden deberse a la acumulación de óxido o residuos entre las pastillas y los discos, o a una desalineación de las piezas, pero un roce persistente suele indicar que los componentes desgastados están llegando al final de su vida útil. Es importante tener en cuenta que los frenos a veces hacen ruido debido a factores ambientales como la humedad matutina; sin embargo, los ruidos constantes al frenar son motivo de preocupación.

Ignorar estos ruidos puede provocar no solo una menor eficacia de frenado, sino también reparaciones costosas si los discos de freno se rayan o se deforman. Cuando los discos de freno se dañan por la fricción con las pastillas desgastadas, pueden desarrollar surcos, crestas o deformaciones. En estos casos, cambiar solo las pastillas no restablecerá la funcionalidad completa; es necesario reemplazar tanto los discos como las pastillas para garantizar la seguridad y el rendimiento.

Vibraciones o pulsaciones durante el frenado

Si al frenar sientes vibraciones o pulsaciones en el pedal, es probable que los componentes del sistema de frenos necesiten atención. Este síntoma suele indicar que los discos de freno están deformados o irregulares. Con el tiempo, la exposición al calor y el desgaste excesivo pueden hacer que los discos pierdan su superficie plana y uniforme, lo que provoca vibraciones cuando las pastillas de freno entran en contacto al frenar.

Los discos de freno deformados no solo reducen la eficacia de frenado, sino que también pueden provocar un desgaste irregular de las pastillas. Si una zona de la superficie del disco está más elevada o más baja que otras, se produce una presión desigual sobre las pastillas, lo que genera vibraciones irregulares y un mayor desgaste de las propias pastillas. Esto significa que sustituir únicamente las pastillas sin solucionar la causa principal —los discos deformados— solo proporcionará una solución temporal.

Además, pueden aparecer problemas de vibración o pulsación cuando las pastillas de freno se desgastan de forma irregular, a veces debido a la mala calidad del material o a la contaminación. Si el sistema de frenado en su conjunto presenta una fricción irregular, lo mejor es sustituir tanto los discos como las pastillas de freno para restablecer una frenada suave y eficaz.

Además, sentir vibraciones en el volante o en todo el chasis del vehículo al frenar puede indicar que el problema va más allá del sistema de frenado, a veces relacionado con la suspensión o la alineación de las ruedas. Sin embargo, si la vibración se concentra principalmente en el pedal de freno, los discos y las pastillas de freno suelen ser la causa principal. Reemplazar ambos componentes ayuda a recuperar el control y la confianza en el rendimiento de frenado del vehículo.

Rendimiento de frenado reducido y mayor distancia de frenado

Nunca se debe ignorar una disminución en el rendimiento de frenado. Los automóviles están diseñados para frenar eficazmente y detenerse dentro de distancias específicas; cuando estas distancias aumentan considerablemente, suele deberse al desgaste de los componentes del sistema de frenado. Tanto las pastillas como los discos de freno contribuyen a este rendimiento, y cuando cualquiera de ellos se ve afectado, la capacidad de frenado del vehículo disminuye.

Las pastillas de freno proporcionan la fricción necesaria para frenar las ruedas, pero los discos de freno son la superficie donde este material de fricción se adhiere. Si los discos se desgastan excesivamente, se adelgazan o se deforman, ya no pueden generar suficiente fricción, independientemente de la calidad de las pastillas. Del mismo modo, las pastillas de freno delgadas o endurecidas reducen la capacidad de agarre, lo que también perjudica la eficacia de frenado.

Si nota que su vehículo tarda más de lo habitual en frenar en condiciones normales de carretera, considérelo una señal importante para revisar el sistema de frenos. Una menor eficacia de frenado puede deberse a puntos calientes en los discos de freno, rayaduras profundas o, en casos extremos, grietas. Estos problemas afectan la adherencia de las pastillas al asfalto, aumentando la distancia de frenado y poniendo en riesgo al conductor y a los pasajeros.

En algunos casos, el líquido de frenos también puede estar contaminado, pero si la mejoría es mínima o nula tras cambiarlo o purgarlo, lo más probable es que la causa sean los discos y las pastillas desgastados. Es fundamental sustituir ambos componentes a la vez para recuperar el contacto óptimo necesario para una frenada eficaz. Conducir con frenos en mal estado no solo pone en peligro la vida de las personas, sino que también puede provocar daños adicionales en otros componentes, aumentando así los costes de reparación.

Indicadores visuales de desgaste y daños

Dedicar tiempo a inspeccionar visualmente el sistema de frenos puede proporcionar información clave sobre si es necesario reemplazar las pastillas y los discos. Si bien no todos se sienten cómodos revisando los componentes de los frenos de su vehículo, muchos patrones de desgaste y daños se observan fácilmente con una simple mirada.

Las pastillas de freno tienen un grosor definido de material de fricción que se desgasta con el uso. Cuando el grosor de la pastilla alcanza unos pocos milímetros, es hora de reemplazarlas. Las pastillas delgadas, agrietadas o contaminadas son peligrosas, y esperar demasiado provoca el contacto metal con metal con los discos, dañando los rotores.

En cuanto a los discos de freno, inspeccione la superficie en busca de surcos profundos, rayaduras o decoloración. Un tono azulado en los discos suele indicar sobrecalentamiento, lo que puede provocar daños estructurales y deformaciones. Las grietas o fisuras visibles en el borde o la superficie son claras señales de que los discos ya no son fiables y deben sustituirse de inmediato.

Además, si los discos se han adelgazado excesivamente (los fabricantes especifican un grosor mínimo), es necesario sustituirlos por motivos de seguridad. Los conductores que retrasen la sustitución de los discos pueden notar un aumento del ruido y la vibración de los frenos, pero las inspecciones visuales suelen detectar los problemas antes de que estos síntomas se agraven.

Por lo general, se recomienda que al cambiar las pastillas de freno, también se reemplacen o rectifiquen los discos si presentan signos de desgaste o daños. Este doble reemplazo garantiza un contacto óptimo entre las pastillas y los discos, mejorando la respuesta de frenado y prolongando la vida útil del sistema.

Luces de advertencia de frenos y otros indicadores del tablero

Los vehículos modernos suelen incorporar sistemas de diagnóstico a bordo sofisticados que alertan a los conductores cuando hay algún problema con el sistema de frenado. Si se enciende la luz de advertencia de los frenos o la del ABS (Sistema Antibloqueo de Frenos) en el tablero, esto debería alertarle de inmediato sobre la necesidad de revisar cuidadosamente el sistema de frenado.

Si bien estas luces de advertencia pueden indicar diversos problemas relacionados con los frenos, una causa común es la necesidad de reemplazar componentes como discos y pastillas. Por ejemplo, los sensores ABS avanzados monitorean la velocidad de las ruedas y la eficacia de frenado, y pueden detectar cuándo los frenos ya no funcionan correctamente.

Además, algunos vehículos más recientes incorporan sensores de desgaste de las pastillas de freno que alertan directamente al conductor cuando estas alcanzan un grosor mínimo, lo que ayuda a prevenir posibles daños en los discos. Cuando se encienden estos indicadores, retrasar la inspección y las reparaciones puede empeorar el estado de los discos y las pastillas, reduciendo la seguridad de frenado.

Prestar atención a estas advertencias y hacer revisar los frenos por un profesional puede ahorrarle dinero al detectar el desgaste antes de que dañe aún más los discos. En definitiva, el reemplazo oportuno de discos y pastillas mantiene la seguridad de su vehículo y prolonga la vida útil de otros componentes del sistema de frenos.

En conclusión, reconocer las señales que indican la necesidad de reemplazar tanto los discos como las pastillas de freno es fundamental para mantener el sistema de frenado de su vehículo en óptimas condiciones. Ruidos inusuales, vibraciones, disminución de la potencia de frenado, desgaste visible y luces de advertencia son indicadores importantes de problemas subyacentes. Atenderlos a tiempo puede protegerlo de situaciones peligrosas y reparaciones costosas, además de garantizar que su vehículo se mantenga seguro y confiable en la carretera.

Cuidar los frenos es una inversión no solo en tu auto, sino, aún más importante, en tu seguridad y la de tus pasajeros. Si te mantienes alerta y respondes rápidamente a las señales de advertencia, puedes evitar fallas graves en los frenos y disfrutar de una frenada segura en cada viaje.

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